Utilidad de la realidad

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para qué doblegarte a la luz

de la ciudad y

los edificios hechos de latas

de coca cola

para qué delirios

de una evidencia ausente

y la enfermedad de

una ciencia exacta

.

la realidad es la fe

pero el hecho- resbalón

y el hecho- precipicio

.

ahora no

no es el momento

de despeñarte en la

taladora

.

taladora de árboles

taladora de imaginaciones

.

no puedes retroceder

al mundo

porque tu mundo está

dentro de este mundo

.

SUEÑA

aún estás a tiempo de salvarte de la vida

Texto: Andrea Abreu López

Imagen: Fernando Angulo Herrera

Sobre el árbol gris y la mosca

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Al lado del árbol gris

hay un montón de piedras

como una señal del camino

.

el senderista lo ha dejado ahí

para que alguien sepa que existe

el suelo es de manzanilla

blanco y de limón

verde y sucio y de recuerdos

las abejas bailan arriba

debajo y dentro de las flores

un conejo llorando

detrás del árbol gris

y la montañita de piedras

inmóvil como un palacio

de postal que nadie compra

.

el árbol gris reza

te querré por siempre Juan

como una historia de fe

como el gravado triste del tiempo

de lo breve y de las leyes del mundo

te querré hasta que no te quiera más Juan

.

el cielo hoy se ha desprendido de las nubes

la hierba seca tiene calor

un pajarito que brinca y brinca

como una palabra lejana

.

ahora una mosca quiere morirse

es una mosca con las alas

hechas jirones

.

que alguien la mate

.

que alguien mate este amor

que tiene las alas mojadas

y está sufriendo

Texto: Andrea Abreu López

Imagen: Emba

El circo

Señoras y señores,
niños y niñas,
pasad, pagad la entrada
no os arrepentiréis.

El circo ha llegado a la ciudad,
está esperando a los niños
para empezar el espectáculo
(por un módico precio, claro está)

Sentaos y miradlo,
¿por qué intervenir?
podéis pagar y pagar,
comprar nuevo hábito.

Corre el telón por el escenario,
salta el corazón desbocado,
martillea el infantil pecho
como ritmo de polka armonizado.

Las risas opacan los lamentos
del triste aprendiz de payaso,
desbordado por las carcajadas
de inocentes pasando el rato.

Colgando de una cuerda,
sin red que lo envuelva,
el equilibrista kamikaze
se debate vida o muerte,

¡Pasen y vean!
Quedan aún entradas,
el espectáculo ha comenzado
más no lo deis por terminado.

Trapecista viene, trapecista va,
en hermosas figuras etéreas,
lo que no sabe la gente:
que esta pareja rota está.

Aguantando sobre sus hombros,
el forzudo cual Atlas moderno
recoge pesas, metáfora del mundo,
que su roto corazón puede aguantar.

Señoras y señores,
niños y niñas,
la función ya ha de terminar
mañana más, procuremos mejorar.

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Texto: Cristina Pérez Álvarez.
Ilustración: Tiziano La Rosa.

Las murallas se destruyen

Hay (¡ay!) veces que caen,

caen por su propio peso,

los muros no son eternos

.

Nos elevamos hacia el cielo

ladrillo a ladrillo, sin planos,

y olvidamos los cimientos.

.

Y en lo alto, en la cúspide,

mirando hacia atrás,

no ves más que una columna

.

una columna aguantando el edificio

resistiéndose a derrumbarse

mientras el techo se tambalea.

.

Hay veces que permanecen

aunque por dentro esté muerto,

la carcoma los deja secos,

.

y persisten, causando más daño

que precipitarse con todo su peso

sobre tu cabeza ya vacía.

.

Nos rodean con sus brazos

de cemento y ladrillo

.

nos ahogan cerrando ventanas

y encogiendo las paredes

.

nos enloquecen hablando suave

susurrando con voz de poeta

.

si no les hacemos la guerra

son ellos o nosotros

.

o tu y yo frente al plural

o yo en vez de ti.

.

Hay veces que los muros aguantarán

pero lo protegido, lo de dentro,

ya no da más de sí.

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Texto: Cristina Pérez Álvarez.

Imagen: Marcos Cexs.

Vivo como naturaleza muerta

Fluye el silencio como lo hace el viento
ojos que ya no son ojos y lo que fueran mis manos
están encarcelados, porque son y no dejan de ser.

Estoy en una lata de café, al borde de la ventana,
desde la oscuridad se ve todo más nítido, aprendes,
ves lo que está ahí aunque no pase por tus retinas.

En algún momento viví en una caja de dulces
la luz inundaba mis pupilas, pero lo único que veía
era decepciones por no encontrar la golosina.

¿Cuántas mañanas van a pasar para
volar más allá, donde se funde cielo y mar,
con los pájaros que emigran todos al compás?

Cuántas veces recuerdo el tronco de un ciprés
su porte elegante, como una vez fuera el mio
sus raíces profundamente clavadas en su sitio,

y quiero derramarme por la ventana, dejar atrás
la forma cúbica de la lata de café, colgar del borde,
olvidar el miedo al abismo y caer

pero caer hacia arriba, como caen las levedades
cuando no tienen nada que perder y todo que ganar,
elevarme como una semilla a buscar tierra fértil.

Y posarme en el suelo, absorber todo lo que ofrece,
crecer sano como un manzano, o un ciprés,
dejar mis frutos al alcance del niño y

ver cambiar la expresión a satisfacción.
Ser en potencia tantas cosas y ninguna todavía
papel, libro, idea, párrafo, página, capítulo,

quizás revolución o ciencia ficción,
carta de amor o declaración de nueva guerra,
o pintura de museo o pegada en la nevera.

No importa la forma si de algo sirve a alguien,
las personas no se quieren entre ellas. Yo quiero
sentirme tan vivo como naturaleza muerta.

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 Texto: Cristina Pérez Álvarez.

Ilustración: Texenery Rodríguez Herrera.

Enmudeció la lira

¡Maldita sea!

Hemos llegado al último año

La ciencia ha alcanzado

el conocimiento máximo.

Sabemos con milimétrica precisión

cada dato del Gran Cañón.

Sabemos de donde venimos

y hasta nuestra dirección.

Dominamos la ciencia,

mas no es la única materia.

Conocemos el mundo,

pero desconocemos su belleza.

Todo se ha perdido en el avance,

ese frío trance

para el que, como yo,

valora el instante.

¡Ah el instante!

Esa luz que sólo yo puedo ver,

ese perfume que sólo yo puedo oler,

ese libro que sólo yo quiero leer.

Ya no hay ojos de espejo,

ya no hay suspiros correspondidos.

Desapareció el beso sincero,

¿por qué se lo permitimos?

Busco con mi foco

pues faltan enamorados locos.

Ni tan si quiera yo

puedo regalar una rosa,

sin tener a quien amar.

No hay mujer ninguna hermosa,

ni una sola sabe volar.

No hay poesía,

pero ¡maldita sea!

Queda un poeta.

¿Que destino queda?

poner fin a esta treta

Has ganado, extraña sociedad,

no he contagiado mi enfermedad.

Mi única alternativa,

es la de poner fin a mi vida,

ese triste mal del que voy a escapar

clavándome un lloroso puñal.

Texto y foto: Javier Avea Expósito.

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Aprendiz de pintor

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De pintar paredes de rojo

lazando el corazón cansé,

de ser un triste despojo,

al final fracasé.

.

A estos paisajes les sobraba gris,

pero me faltó sangre,

ambición, ganas, voluntad, hambre;

siempre fui un mal aprendiz.

.

Y la lección no tengo clara,

¿es mejor tener pies de plomo

o desplegar las alas

aún con el espíritu roto?

Texto e imagen: Dani Mendoza

Bosque de hojas negras

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Camino en un bosque de hojas negras,

andando como topo en tierra

con mi canción de miedo a las bestias.

.

Es un paraje que no me hace falta describir,

pues ya lo conoces

y, espero, que también lo odies.

Que despierte el llanto en ti.

.

Lo cruzo,

aunque a veces lo subo.

Busco alzarme por encima de las copas

de esos árboles para poder tirar mi ropa.

.

Mas soy inexperto en la naturaleza,

me cuesta salir de mi sueño de sol

para visitar el campo de maleza

de una decadencia inferior.

.

¿Pero qué otra opción cabe

cuando no tengo otra fuente

de curandera agua potable?

.

Y créanme que la saboreo,

sólo que en ocasiones

no soporto este tormento

en el que habita mi sustento.

Javier Avea Expósito